Ya ha saboreado el éxito en el WTA 1000 de Dubái, alcanzó las semifinales de Roland Garros y el verano pasado se colgó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de París. Sin embargo, el camino de Mirra Andreeva apenas comienza. Con solo 17 años—cumplirá 18 en abril—, la joven rusa se ha convertido en la nueva sensación del tenis mundial.
Este domingo, Andreeva ha hecho historia al conquistar el WTA 1000 de Indian Wells, el título más importante de su prometedora carrera. Pero no solo es el logro en sí, sino la forma en que lo consiguió: eliminando a Iga Swiatek en semifinales y derrotando a Aryna Sabalenka en la final. Con esta hazaña, la prodigiosa tenista ingresa al top-10 del ranking mundial, consolidando su meteórico ascenso.
La revancha de Conchita
«Hace unos días, Andreeva afirmaba con una sonrisa tímida: ‘Mi entrenadora perdió en la final aquí cuando era jugadora, así que voy a intentar tomarme la revancha’. Aún sobre la pista central tras su triunfo en semifinales, miraba hacia el banquillo, donde Conchita Martínez, entre sonrisas, le respondía dibujando un corazón con los dedos y exclamando con entusiasmo: ‘¡Vamos, hazlo!'».
En la final esperaba Sabalenka, la indiscutible número uno del circuito. Martínez lo sabía. Andreeva también. Pero el miedo no formaba parte del plan. “Mirra es una chica muy madura para su edad; de hecho, se puede tener una conversación adulta con ella”, comentó la española en una entrevista con El País. “Cuando empezamos a trabajar juntas en la primavera de 2024, insistimos en la importancia de la humildad y el esfuerzo, y en que debía mantener siempre los pies en el suelo, porque si eso cambiaba, se lo haría saber”.
Martínez, quien conquistó Wimbledon en 1994, alcanzó dos finales de Grand Slam (Open de Australia 1998 y Roland Garros 2000) y disputó nueve semifinales en los años noventa, ve un enorme potencial en su pupila. “Tiene una buena base, pero aún cuenta con un amplio margen de mejora en todos los aspectos”, subraya la extenista.
Las claves del éxito
«Cuando comencé a trabajar con ella, nos enfocamos mucho en mejorar su drive, la movilidad de piernas y ciertos aspectos físicos, con el objetivo de desarrollar un tenis potente y agresivo», explica Martínez en El País. Y los resultados hablan por sí solos. Además de los logros ya mencionados, Andreeva ha convertido la potencia en una de sus principales armas.
Prueba de ello es el impresionante servicio que registró ante Swiatek en Indian Wells, alcanzando los 202 km/h, acercándose al récord de la alemana Sabine Lisicki, quien dejó la marca en 210,8 km/h en el US Open de 2014. «No tenía ni idea de que mi saque había sido tan rápido», confesó la rusa tras la semifinal. «Miré las pantallas y vi 126 millas por hora, pero es que no sé medir la velocidad en millas [ríe]. Definitivamente, es el saque más rápido que he hecho en mi vida».
Perfeccionista y disciplinada, Andreeva es consciente de que está haciendo historia por su juventud, pero mantiene los pies en el suelo. Ni ella ni su equipo quieren repetir los errores que frenaron la progresión de otras promesas, como la británica Emma Raducanu. «La presión existe, por supuesto, pero sé cómo manejarla», afirmó recientemente en una entrevista con Clay.
«En mi segundo año en el circuito [2024], cuando tuve que defender puntos, fue un desafío porque entendí lo que era la verdadera presión. Antes solo jugaba e intentaba sumar puntos, pero en ese momento la sentí por primera vez», explicó. «He hablado mucho con Conchita [Martínez], con mi familia y con mis amigos sobre ello, y ahora tengo más herramientas para gestionarla mejor».
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