Xabi Alonso ha tomado nota de las lecciones que han aprendido otros entrenadores a lo largo de sus carreras y deja claro que su sistema de juego se adapta a los futbolistas de los que dispone. Carlo Ancelotti recuerda que, en sus inicios en Italia, cometió el error de imponer un esquema sin considerar las características de su plantilla. Con el tiempo reconoció ese fallo y modificó su enfoque, basando su éxito en una capacidad constante para ajustarse a las cualidades de los grandes jugadores que ha dirigido.
El técnico vasco seguirá esa misma línea. Es plenamente consciente de que el Real Madrid ha utilizado con frecuencia sistemas como el 4-4-2, el 4-2-3-1 y el 4-3-3, esquemas que incluso pueden alternarse dentro de un mismo encuentro. La defensa de cuatro será la base desde la que construirá su proyecto. De hecho, el 4-4-2 es una estructura táctica que ya utilizó en su etapa al frente del Sanse, el filial de la Real Sociedad, antes de consolidarse como uno de los entrenadores más prometedores en el fútbol alemán.
En el Bayer Leverkusen, Xabi Alonso optó por un sistema con tres centrales, el 3-5-2, con el que construyó un equipo a su medida que cambió por completo la historia del club. Bajo su dirección, el conjunto no solo evitó el descenso, sino que logró conquistar la Bundesliga por primera vez, además de alzarse con la Copa de Alemania. Fue una auténtica revolución táctica impulsada por la confianza en los jugadores adecuados para ejecutar ese cambio radical.
Una nueva identidad blanca
El Real Madrid es un club con una identidad táctica muy definida, históricamente basada en una defensa de cuatro: dos centrales y dos laterales. Incluir un tercer central implicaría sacrificar a un centrocampista, algo poco coherente con el estilo del club, especialmente en el fútbol actual, donde el control del mediocampo resulta fundamental.
Durante cinco temporadas, Xabi Alonso fue una pieza clave en el centro del campo del Madrid, actuando como cerebro del equipo bajo las órdenes de Pellegrini, Mourinho y Ancelotti. En ese tiempo, dominó los tres esquemas más habituales del conjunto blanco: el 4-4-2, el 4-3-3 y el 4-2-3-1, siempre con una línea de cuatro en defensa. Ahora, como entrenador, todo indica que seguirá fiel al modelo táctico que caracteriza al club.

El nuevo once inicial
La dirección deportiva del Real Madrid trabaja sin descanso para reforzar la plantilla con el objetivo de dar un giro radical al rendimiento del equipo. Dean Huijsen y Trent Alexander-Arnold ya están atados, aunque el club aún no ha hecho oficial la llegada del inglés. También está cerrada la incorporación de Álvaro Carreras, aunque se mantiene en absoluto silencio debido a que el Benfica disputa en breve la final de la Copa de Portugal y no se quiere interferir antes de un momento tan decisivo para el conjunto lisboeta.
La cuarta pieza que podría sumarse es Nico Paz, quien espera una reunión clave para saber si regresará al club con vistas al Mundial de Clubes. Su vuelta tendría un coste de ocho millones de euros. Aún queda pendiente la incorporación de un centrocampista que ejerza como eje del juego, una prioridad en la planificación.
Además, la lista de refuerzos podría ampliarse con Joan García en la portería, en caso de que Lunin haga las maletas rumbo a la Premier League. Por otro lado, el nombre de Nico Williams ha entrado en escena: el extremo ha mostrado interés en fichar por el Real Madrid, y su llegada sería evaluada si finalmente Rodrygo parte rumbo a Manchester City, Liverpool o Chelsea, donde juega su compatriota Enzo Fernández, lo que alimenta las especulaciones sobre un posible trueque.
Toda la planificación se basa en un análisis futbolístico minucioso. El cuerpo técnico ya tiene perfilado un equipo base con once relevos bien definidos, diseñados para fomentar una competitividad interna constante. Xabi Alonso no quiere jugadores acomodados ni titulares indiscutibles; cada posición deberá ganarse día a día, con la presión de tener a un competidor directo dispuesto a arrebatar el puesto.
Este es el once titular previsto junto a sus respectivos relevos:
Courtois (Lunin o Joan García); Trent Alexander-Arnold (Carvajal), Huijsen (Militao), Rüdiger (Asencio), Carreras (Fran García, Mendy); Valverde (Nico Paz, Ceballos), Tchouaméni (Camavinga), Güler (el nuevo fichaje por confirmar), Bellingham (Brahim); Mbappé (Endrick), Vinicius (Rodrygo o Nico Williams).
Como se puede observar, figuras como Modric y Alaba no entran en este esquema. El croata disputará el Mundial de Clubes y luego se despedirá del club, algo que ya es oficial. Por su parte, Alaba ha sufrido una nueva lesión que prácticamente lo descarta para competir, al menos a corto plazo.
Lucas Vázquez también participará en el torneo internacional de clubes y posteriormente abandonará el Real Madrid con la carta de libertad. En una situación similar se encuentra Vallejo, cuyo contrato finaliza en las próximas semanas y no será parte de la plantilla para el Mundial de Clubes que inicia el 14 de junio en Estados Unidos.
Hay que hablar con claridad: dentro de esta planificación, el club está abierto a escuchar ofertas por Mendy, Ceballos y Rodrygo. En cuanto a renovaciones, Vinicius ampliará su contrato hasta 2030. Tanto Rüdiger como Courtois se extenderán hasta 2027, con una opción de prórroga automática por un año más si alcanzan un número determinado de partidos en la segunda temporada posterior a la renovación.
La defensa de tres
Una de las principales fortalezas de Xabi Alonso es su capacidad para adaptar esquemas y planteamientos tanto ofensivos como defensivos según las exigencias de cada partido. Es un técnico dinámico y flexible, alejado de estructuras rígidas y previsibles. Como decía Erich Honecker, el futuro pertenece a quienes saben prepararse hoy para él, y esa visión moderna del fútbol fue precisamente uno de los aspectos más valorados por la dirección del Real Madrid a la hora de confiarle el banquillo y redefinir la identidad táctica del equipo.
El entrenador vasco fomentará una competencia interna intensa, apoyada en la rotación de esquemas que brindarán oportunidades a toda la plantilla. El 4-4-2 será la base en compromisos de máxima exigencia, pero Xabi no dudará en cambiar a un 4-3-3 si el contexto demanda mayor verticalidad ofensiva. De igual manera, optará por un 3-5-2 con tres centrales y carrileros largos cuando quiera reforzar la defensa y salir rápido al contraataque. En estos escenarios, los laterales se transforman en extremos que ganan profundidad partiendo desde atrás.
El cambio entre el 4-4-2 y el 4-3-3 se producirá de forma fluida, especialmente en las transiciones tras recuperar el balón, cuando el equipo pasa del bloque defensivo a la fase de ataque.
Xabi contará con jugadores polivalentes ideales para esta versatilidad táctica. Asencio, por ejemplo, será el primer recambio en el eje de la defensa, con minutos tanto en una línea de cuatro como protagonista en una zaga de tres centrales. Valverde puede desempeñarse en todas las zonas del centro del campo, mientras que Bellingham tiene la capacidad de actuar como mediapunta o como centrocampista más retrasado. Ceballos puede cubrir ambos interiores, Camavinga es un comodín incansable, y Carvajal también podría adaptarse como central derecho en un sistema de tres, con Trent Alexander-Arnold ocupando el carril diestro. No hay que olvidar que el propio Carvajal ya ha cumplido ese rol en momentos clave de la Champions.
La importancia de los cambios
Una de las transformaciones más notables que traerá Xabi Alonso al Real Madrid será la rotación constante en las alineaciones, especialmente para afrontar el exigente calendario con apenas 70 horas de descanso entre partidos. El técnico guipuzcoano realizará al menos tres cambios en cada once inicial, y en muchas ocasiones se verán cuatro o incluso cinco modificaciones entre encuentros consecutivos.
Otro aspecto clave en su propuesta será el uso estratégico de las cinco sustituciones disponibles. Alonso aprovechará al máximo esta herramienta para refrescar al equipo, ajustar esquemas y modificar el ritmo del partido. Lo más llamativo será que dos o tres de esos cambios llegarán muy pronto, alrededor del minuto 60, con el objetivo de aportar oxígeno, reorganizar la táctica o añadir más creatividad ofensiva o solidez defensiva, recurriendo a formaciones con tres delanteros o tres centrales según lo exija el desarrollo del juego.
En definitiva, el Real Madrid de Xabi Alonso será un equipo mucho más flexible, dinámico e imprevisible, tanto en sus planteamientos como en su ejecución. El Mundial de Clubes marcará el inicio oficial de esta nueva era futbolística.
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