Ana Peleteiro es una de las figuras más destacadas del atletismo nacional. Medallista de bronce en Tokio 2020, la saltadora es una de las principales esperanzas de la delegación española para obtener una medalla en París 2024. Gracias a su personalidad y carisma, Peleteiro es también una de las deportistas más conocidas fuera de las pistas. Rara vez evita un tema, por controvertido que sea, lo que la ha llevado a ser objeto de algunas polémicas y ataques injustificables, algunos de ellos de carácter racista.
Los orígenes de Ana Peleteiro
Ana Peleteiro nació el 2 de diciembre de 1995 en Ribeira, una localidad costera de la provincia de La Coruña, según consta en su partida de nacimiento. Por lo tanto, es española de nacimiento. Además, ha explicado que su madre biológica también era gallega, al igual que ella. «Mi madre dio a luz en su casa cuando tenía 18 años y me dejó en el hospital. Hace unos meses, me mostraron el primer registro hospitalario que contiene parte de esta información. Es impactante, porque ahí se evidencia que probablemente fue un embarazo no deseado, una situación muy difícil sin ningún seguimiento prenatal. No lo sé», relató en una entrevista con Vogue publicada en febrero de 2024.
Según relató la atleta, su madre la dio en adopción tras su segundo embarazo, y ella no guarda rencor por esta decisión. Al contrario, expresó que «la adopción es algo maravilloso y creo que muchos niños en mi situación merecen una segunda oportunidad». Peleteiro también ha mencionado que no sabe nada sobre la identidad de su padre biológico.
Adoptada a los pocos días de nacer
Ana Peleteiro fue adoptada por una pareja de Ribeira que llevaba más de cuatro años intentando tener hijos. Inicialmente, los primeros de la lista de adopción la rechazaron por ser mulata. «Mis padres llevaban cuatro años esperando para tener hijos porque no podían concebir de forma natural. Llamaron a mi padre al trabajo el 5 de diciembre y el 10 estaban en Coruña recogiéndose. Es un tema del que no me importa hablar porque me siento super orgullosa», relató en Vogue.
La atleta no conoció su verdadera historia hasta 2016, cuando su madre adoptiva le reveló la verdad. «Yo crecí sabiéndolo. O sea, yo era negra y toda mi familia era blanca. Sabía que algo pasaba, pero no recuerdo el día en el que le pregunté a mi madre, ‘mamá, ¿por qué soy de otro color?'», contó Peleteiro en una entrevista en el programa Las Uñas de Atresmedia.
Ante la falta de información, la saltadora se inventó una historia de origen que no tenía nada que ver con su realidad familiar. «Me imaginé que mi madre murió en el parto y por eso tenía padres adoptivos. Creo que es un juego para que no te duelan tanto las cosas, por protección. En 2016 le dije a mi madre ‘¿de qué habrá muerto mi madre, del parto?’ Y me dice ‘¿pero qué dices? Tu madre no está muerta. Tu madre te abandonó, dio a luz en casa ella sola y te llevó a menores en Coruña. La única información que dio fue que no quería que nadie de su familia te adoptase y que tenías una hermana», contó.
Su relación con el atletismo
Cuando Ana Peleteiro tenía tres años, sus padres decidieron inscribirse en clases de ballet. Sin embargo, el tutú no era para ella. A los cinco años, pidió cambiar el ballet por la gimnasia rítmica, pero en su pueblo no había la posibilidad de practicar ese deporte. Su padre, gran aficionado al atletismo, inclinó la balanza. «Siempre fue un fanático de este deporte y, al parecer, veía que tenía mucho carisma para hacer atletismo», contó Peleteiro durante una historia de Instagram con sus seguidores. Vistos los resultados, aquella decisión fue todo un acierto.
Desde entonces, Peleteiro ha conseguido importantes logros en el triple salto: una medalla de bronce en los Juegos de Tokio, dos bronces en el mundial de pista cubierta en Reino Unido, un bronce en el europeo de Berlín de 2018, el oro en el europeo de pista cubierta en Glasgow (2019) y una medalla de plata en Polonia en 2021. Su última medalla ha sido en 2024, un bronce en el indoor de Glasgow.
