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¿Por qué se fue Doncic de Dallas?

Cuando ocurre un bombazo como el traspaso de Luka Doncic a los Lakers, no queda más opción que analizar el impacto en cada uno de los frentes donde ha sacudido. Este movimiento redefine el rumbo de dos franquicias y marca un antes y un después en la carrera del jugador, por lo que hablar de conmoción en la NBA es simplemente ajustarse a la realidad.

Basta con ver la reacción de Dirk Nowitzki, la máxima leyenda de los Mavericks, quien compartió cancha con Doncic e incluso ejerció cierta tutela sobre él. Su única respuesta ante la noticia fue un simple pero elocuente emoticono de sorpresa.

A partir de ahí, llega el momento del análisis: tratar de entender qué ha sucedido y, sobre todo, por qué. Según Shams Charania, el periodista que domina el mercado de la NBA tras la retirada de Adrian Wojnarowski, todo comenzó con una llamada de Dallas a los Lakers para ofrecer a su estrella. Y, en realidad, tiene sentido que haya sido así, porque difícilmente el equipo angelino habría imaginado que uno de los cuatro o cinco mejores jugadores de la liga, con apenas 25 años, podría estar disponible en el mercado.

¿Por qué dejarlo ir?

Esto abre una de las grandes incógnitas del traspaso: ¿qué ha visto Dallas en Doncic para decidir desprenderse de él? El esloveno no es un jugador perfecto: tiene carencias defensivas, dificultades para mantenerse en forma y una actitud que no siempre ha sido la mejor. Sin embargo, estos defectos palidecen frente a sus virtudes: es un anotador imparable, un director de juego excepcional y alguien capaz de ganar partidos prácticamente en solitario.

Desde su llegada a la NBA, Doncic ha sido una de las estrellas más fascinantes, tanto por su estilo de juego como por su competitividad. Dallas busca un golpe de timón, pero la gran pregunta es si realmente lo necesitaban. La temporada pasada, los Mavericks llegaron a las Finales de la NBA, y dos años antes habían alcanzado la Final de Conferencia, logros impensables sin Doncic. No solo era su estrella, sino uno de los jugadores con mayor protagonismo en la liga, el epicentro absoluto de su equipo.

Poco a poco, Dallas había construido una plantilla competitiva a su alrededor. Contaban con otra estrella como Kyrie Irving, jóvenes talentos como Dereck Lively y piezas clave como PJ Washington. Además, en verano sumaron a Klay Thompson, uno de los mejores tiradores de la historia, en una clara apuesta por el presente. Era el mejor equipo que Doncic había tenido a su lado en la NBA, y todo giraba en torno a él.

Pero ahora el rumbo cambia por completo. Anthony Davis es una estrella de la NBA, un jugador que cualquier equipo querría por su impacto en ataque y defensa. Fue más que un simple escudero para LeBron en el campeonato de los Lakers en 2020 y, sin duda, es una pieza de enorme calidad. Sin embargo, no es tan especial como Doncic. Además, con 31 años, si este traspaso no funciona desde el inicio, podría envejecer muy mal.

Construir una plantilla no es solo un ejercicio de suma y resta, sino un proceso más complejo, casi alquímico. Dallas ha llegado a la conclusión de que con Doncic no podían ganar el anillo, a pesar de haberse quedado a un paso la temporada pasada. Con Davis, buscan ser un equipo más equilibrado y menos dependiente de una sola estrella, pero está por verse si realmente serán mejores.

Además, la reciente lesión de Doncic ha dejado en evidencia su importancia. Cuando se lesionó, Dallas estaba peleando por los primeros puestos del Oeste; ahora, sin él, han caído al octavo lugar. Ese es el impacto del esloveno: un jugador que eleva a su equipo a un nivel superior. Los Mavericks creen que Davis puede llevarlos hasta ahí, pero también saben que el estadounidense es seis años mayor, un factor clave en el deporte de élite.

Según los reportes de la NBA, este traspaso fue una decisión puramente empresarial entre franquicias. No hubo una petición de traspaso por parte de Doncic, ni llamadas a LeBron James para consultarle sobre la nueva dirección del equipo. Anthony Davis tuvo que renunciar a su cláusula de no traspaso, pero más allá de eso, no se trata de un movimiento dictado por los jugadores.

La decisión de Dallas es la más difícil de comprender. Para los Lakers, la respuesta era obvia: aceptar de inmediato. Llevan años sin ser un verdadero aspirante al título. Con un LeBron de 40 años, que ya no es capaz de llevar por sí solo a un equipo a las Finales, y un Davis que, a pesar de su talento, tampoco lo es, la llegada de Doncic cambia todo. Porque él sí es ese tipo de jugador.

Los Lakers no podían negarse

La familia Buss, que lleva décadas al mando de los Lakers, siempre ha seguido una estrategia clara: apostar al máximo. En Los Ángeles, la palabra «reconstrucción» no existe. No hay temporadas de transición ni años perdidos esperando que el draft traiga un salvador. Eso queda para otras franquicias. Los Lakers visten de morado y oro, están en una de las ciudades más mediáticas del mundo y su historia está ligada a las estrellas. Desde los tiempos del Showtime, su filosofía ha sido inquebrantable: si hay un jugador de élite disponible, harán todo lo posible por conseguirlo. Y si no, buscarán romper el mercado en la agencia libre.

El traspaso de Luka Doncic, que además le ha costado al esloveno una buena cantidad de dinero al impedirle firmar un contrato súper máximo, es un golpe maestro para los Lakers. Para ellos, ser irrelevantes no es una opción, y ahora suman a una de las mayores estrellas de la NBA, un jugador con perfil de MVP y con un magnetismo mediático que pocos pueden igualar. En definitiva, alguien hecho a la medida de una franquicia como esta.

Como en cualquier movimiento de esta magnitud, hay un componente comercial. Los Lakers necesitan que una de las grandes estrellas de la NBA vista de amarillo y púrpura. No solo por su historia, sino porque son el equipo más importante en el segundo mercado televisivo más grande de EE.UU. Durante el último lustro, LeBron James ha sido esa figura, pero su historia en la liga está entrando en su recta final.

Doncic llega a un equipo que, en lo inmediato, es inferior al que deja atrás. Pero aterriza en una organización que, si algo ha demostrado, es su capacidad para construir alrededor de sus figuras. Los Lakers nunca han sido conservadores; siempre buscan el gran golpe. En el proceso han perdido a Anthony Davis —junto con otros jugadores y una primera ronda del draft enviada a Dallas para cuadrar el traspaso—, pero lo que han ganado no es solo otro jugador, sino una de las caras de la NBA.

Ahora queda por ver cómo encajan las piezas. Pero quien más se la juega con esta apuesta es Nico Harrison, el GM de los Mavericks. Si Davis los lleva al campeonato, su decisión será vista como una genialidad. Pero si no, la sombra de la duda siempre pesará sobre la franquicia: ¿qué habría sido de Dallas si hubieran apostado por seguir con Doncic? En una NBA cada vez más restrictiva con sus nuevas reglas salariales, donde armar superequipos es más difícil que nunca, dejar ir a una superestrella de 25 años es una jugada arriesgadísima.

De hecho, la reacción en la liga ha sido inmediata: los ejecutivos de otros equipos están impactados con la noticia, y el mensaje más repetido en redes entre los periodistas de la NBA es el mismo. Ahora solo queda esperar a que hable la cancha.

Cuánto cobra Doncic 

Luka Doncic mantiene en los Lakers el mismo contrato que tenía en los Mavericks. Para la temporada 2024/25, su salario será de 43.031.940 dólares. Este es el tercer año de su segundo contrato en la NBA, firmado después de completar su acuerdo como rookie.

Cuando un jugador llega a la liga a través del draft, su salario inicial está determinado por la posición en la que es seleccionado. Estos contratos tienen una duración de cuatro años: los dos primeros están garantizados, mientras que los otros dos dependen de la opción de la franquicia.

En agosto de 2021, Doncic firmó su actual contrato, que representó un salto significativo en sus ingresos. En total, el esloveno ganará 215,1 millones de dólares distribuidos en cinco temporadas. Además, su contrato es ascendente, lo que significa que su salario aumenta cada año.

Un aspecto clave en la NBA, y una gran diferencia con el baloncesto europeo, es que estos contratos son inamovibles: una vez firmados, las cifras y condiciones no pueden modificarse.

Cabe destacar que el último año de su contrato, correspondiente a la temporada 2026/27, en el que está previsto que gane cerca de 49 millones de dólares, es una opción del jugador. Esto significa que Doncic tiene la libertad de renunciar a ese año y salir al mercado para firmar un nuevo acuerdo sin ninguna penalización.

Esta cláusula es una ventaja que algunos jugadores tienen, especialmente aquellos que buscan negociar un contrato mejor o explorar oportunidades en otro equipo.

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